Imagina que eres rico, que nada te limita, que absolutamente todo es posible. ¿Qué harías, a qué te dedicarías, cómo sería tu vida…? Quien no tiene claro lo que quiere, termina donde no quiere.
Permítete un momento, cierra tus ojos e imagina. Si puedes escribe todo lo que sientas y veas. Es un ejercicio muy valioso, podrás redescubrir lo que realmente ya sabes, qué es lo que realmente quieres para ti y tu vida.
“If I were a rich man. Yubby dubby dubby… dum… They will ask me to advise them like a Solomon The Wise… And I´d discuss the Holy Books with the learned men seven hours every day… You decreed I should be what I am, would it spoil some vast eternal plan if I were a wealthy man”.
¿Qué sigue?
Hoy estás parado en el “punto A” y si ya sabes a dónde quieres llegar, el “punto B”, pregúntate qué necesitarías hacer para lograrlo. Seguramente el inicio no será fácil, implicará cambios radicales desde hábitos, trabajo y esfuerzos extras, disciplina y mucha voluntad, pues nada que valga la pena es fácil, de lo contrario sería sólo un chispazo.
¿Pero esa vida que imaginas, realmente la quieres de corazón? ¿O qué te detiene?
Viajemos nuevamente, imagina que es el final de tu vida, que nunca soltaste el miedo y que nunca te atreviste a hacer nada de todo eso que anhela tu corazón, que elegiste nunca hacer ese esfuerzo y trabajo que requería construir tus sueños. Imagina y ve cómo te sientes. Date la oportunidad de experimentar este ejercicio, vale la pena y ya que lo hagas regresa a este momento para imaginar, sentir y ver otra vez que es el fin de tu vida, pero que sí hiciste todo lo necesario para hacer eso que sueñas, entonces percibe con todos tus sentidos cómo te sientes.
Si tomas la responsabilidad y consciencia de que absolutamente todo lo que ocurre en tu vida esta en tus manos es muy posible seas un co-constructor de historias, iniciando por la tuya y afectando a todo el sistema.
Generalmente culpamos a la vida o a Dios por todo lo bueno y malo, ¿pero realmente es así? Desde mi pequeña perspectiva tengo la certeza que cuando fuimos creados, nos dieron también los recursos internos que necesitamos para vivir y ser co-creadores de nuestra historia, no sólo espectadores, es decir, el potencial de evolucionar lo que sea, pero la única manera es tomar la responsabilidad de nosotros mismos y de nuestra vida, dejar de culpar a todos incluyendo a Dios. Sean como sean las circunstancias es verdad que hay factores que no están bajo nuestro control, pero también es verdad que todos aquellos que persistieron a pesar de lo que sea lo logran, a los que pierden la esperanza rindiéndose estuvieron a unos pasos tan sólo de lograrlo. Busquen en la historia y lo corroborarán.
Unos consejos para el camino:
- Ten claro el punto al que quieres llegar.
- Haz un plan con iniciativas que te permita lograrlo.
- Crea un calendario con objetivos a corto, mediano y largo plazo.
- Da un paso a la vez con paciencia, sabiendo que sí lograrás eso que esperas.
- Disfruta del proceso. Si en algún punto te cuesta trabajo, visualiza tu meta como lograda.
- Ten certeza. Si crees que lo puedes lograr estás en lo cierto, si crees que no, también estarás en lo cierto.
- Atrévete a elegir sólo lo mejor y todo lo mejor.
Incluyo el video que desde niña me animó a pensar que haría si yo fuera rica.
Les deseo todo lo mejor y sólo lo mejor.
Con corazón Gaby Ichel.
NOTA, (22 de junio 2016): desde que publiqué el presente artículo, me quedé con la inquietud de aclarar que el acto de imaginar "qué haría si fuéramos ricos" es sólo una forma de sacudirse telarañas para lograr ver eso que mi ser realmente anhela. Pero es indispensable incluir también otro escenario similar al de la familia protagonista del Violinista en el Tejado, donde no existe el TENER y entonces profundizar y ver qué haría de mi vida, de mi historia, cuál sería mi sueño... Eso que observes, es lo que realmente podrás guardar en la maleta de tu ser y llevártelo cuando viajes a otro mundo, a otras vidas, o al Todo. Seguramente descubrirás que amar y ser amado, disfrutar a los tuyos, sonreír y hacer sonreír, etcétera, serán tus verdaderos sueños.
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